El Servicio de Administración Tributaria (SAT) es la autoridad competente para interpretar y aplicar la legislación fiscal y aduanera en México, con el fin de que las personas físicas y morales cumplan con su deber de contribuir al gasto público.
Con el uso de herramientas tecnológicas, el SAT monitorea constantemente el cumplimiento a obligaciones fiscales por parte de contribuyentes y cuando se detectan conductas sospechosas o actividades que son objetivo de programas de auditoría, es cuando inicia una auditoría.
Es importante mencionar que en los últimos 5 años, la recaudación ha incrementado considerablemente como resultado de gestión de autoridad y auditorías, lo cual es una tendencia irreversible dados los beneficios para el fisco federal.
Esto lleva a que las empresas deban tener conciencia de la posibilidad de ser auditados y lo que pueden hacer para evitar resultados que afecten su negocio.
¿Cuáles son las acciones del SAT para controlar obligaciones fiscales?
El SAT tiene dos líneas de acción para lograr el cumplimiento de obligaciones fiscales por parte de contribuyentes:
Gestión de autoridad: son las que realiza el SAT para facilitar el cumplimiento voluntario de los contribuyentes, las cuales consisten en cartas invitación, oficios de “vigilancia profunda”, correos electrónicos. En estos casos, el SAT informa sobre irregularidades detectadas en bases de datos e invita al contribuyente a autocorregirse.
Actos de fiscalización: el SAT puede realizar auditorías para revisar el puntual cumplimiento de obligaciones fiscales.
¿Cómo revisa el SAT?
El SAT puede realizar diferentes tipos de auditorías, según el alcance, el medio y el plazo de las mismas. Algunos ejemplos son:
Revisión de gabinete: El SAT solicita información y documentación relacionada con periodos concretos (meses o ejercicios fiscales), el contribuyente la presenta por medios electrónicos o en forma impresa. La revisión tiene lugar en las oficinas de la autoridad. Su duración es aproximadamente de 18 meses.
Visita domiciliaria: se realiza en el domicilio fiscal del contribuyente, y durante su secuela se solicita información contable y fiscal relacionada con su objeto. Su duración es aproximadamente de 24 meses.
Auditoría electrónica: se realiza con base en la información que obra en la base de datos del SAT, lo cual está siendo frecuentemente utilizada al desahogarse en menor tiempo que las anteriores. Su duración es menor a 6 meses,
Compulsas. El SAT puede revisar a terceros para corroborar hechos o información declarada por un contribuyente.
¿Qué etapas comprende una auditoría del SAT?
La fiscalización SAT se compone de las siguientes etapas:
Etapa de fiscalización: inicia a partir de que el SAT notifica el inicio de facultades de comprobación, y por regla general dura 12 meses y por excepción puede durar 18 (sistema financiero o grupos de empresas) o 24 meses (precios de transferencia).
Durante esta etapa, el SAT requiere información y documentación al contribuyente, así como analiza la misma.
El beneficio de incorporar a un especialista fiscal es muy grande. La información y documentación que se aporte durante la auditoría será la prueba sobre el correcto cumplimiento a obligaciones fiscales.
Etapa intermedia: el SAT debe emitir un oficio a través del cual informe al contribuyente sobre las irregularidades detectadas durante la revisión, a fin de que éste pueda, durante un plazo de 20 días hábiles, argumentar a su favor y ofrecer pruebas adicionales.
Resolución de la auditoría: el SAT, con base en los hallazgos de la auditoría, así como los argumentos y pruebas del contribuyente emite una resolución en la que determina si existe o no un crédito fiscal a su cargo, así como las multas y sanciones que procedan.
¿Cómo prepararse para una auditoría del SAT?
Una auditoría del SAT puede ser una situación desconocida y complicada para la empresa, ya que implica una invasión a su privacidad con consecuencias desconocidas de inicio.
Para prepararse para una auditoría del SAT, se recomienda seguir los siguientes pasos:
Atender los requerimientos de información: el contribuyente, al recibir el oficio de inicio de auditoría debe verificar qué conceptos y ejercicio (os) o meses definitivos serán objeto de la revisión.
La información y documentación que el SAT requiera deberá estar relacionada con los períodos y conceptos que abarque la revisión.
En esta etapa inicia la estrategia de defensa fiscal, ya que es importante ofrecer pruebas concretas que demuestren el cumplimiento de obligaciones fiscales e igualmente entran en juegos principios como el de “no incriminación”.
El beneficio de contratar un especialista en controversias fiscales es evitar que se liquiden diferencias (omisiones) de impuestos.
Igualmente, es fundamental establecer una relación de respeto y comunicación con los auditores del SAT, ya que ellos deben tener comprensión del negocio.
Revisar la situación fiscal: el contribuyente debe realizar una autoevaluación de los conceptos que son objeto de la auditoria, a fin de conocer cuál es su situación y si existieren situaciones delicadas (esquemas fraudulentos) evaluar una autocorrección.
Argumentos del contribuyente: durante la etapa de fiscalización es importante entregar la información requerida, y exponer el contexto de la empresa (por ejemplo, cuál es su actividad para justificar la estricta indispensabilidad de sus deducciones).
Con la notificación del oficio que contenga los hallazgos de la auditoría, la empresa conocerá cuáles son las razones de la autoridad para sostener el posible incumplimiento de obligaciones fiscales. A partir de tal momento, es argumentar jurídica y fiscalmente, y ofrecer prueba.
PRODECON. La Procuraduría de la Defensa del Contribuyente (Prodecon) es una institución cuyo propósito es defender los derechos fundamentales del contribuyente.
A partir de que el contribuyente reciba un oficio de la autoridad fiscal con la calificación de hechos y mención sobre posibles incumplimientos fiscales puede solicitar la adopción de un“acuerdo conclusivo” para intentar evitar una disputa en tribunales.
Impugnar la resolución del SAT: si el contribuyente no está conforme con la resolución que emita la autoridad fiscal, y no hubiere sido posible, en su caso, resolver la disputa a través de Prodecon, es posible la interposición de medios de defensa como lo son, el recurso de revocación o el juicio de nulidad.
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